Cartera de crédito en Colombia se mantiene a flote pese a la alta incertidumbre

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Aunque la cartera mejora en casi todas las modalidades, el deterioro fiscal y la incertidumbre internacional siguen nublando el panorama.

En medio de un entorno global marcado por la volatilidad y una creciente incertidumbre fiscal a nivel local, el sistema financiero colombiano ha logrado mantenerse en pie y pese a las tensiones geopolíticas, las políticas comerciales restrictivas y un deterioro fiscal que se ha reflejado en una mayor percepción de riesgo soberano, los establecimientos de crédito del país están mostrando señales de recuperación, especialmente en lo que respecta a la cartera de crédito.

Así se reporta en el más reciente informe del Centro de Estudios Económicos Anif sobre el tema, que reza que recuerda que el primer semestre de 2025, la economía mundial ha estado sometida a un conjunto de tensiones que han incrementado la aversión al riesgo por parte de los inversionistas, pero no ha sido suficientes para restarle dinamismo a este sector.

“El resurgimiento de medidas proteccionistas, junto con nuevas tensiones geopolíticas y síntomas de desaceleración económica global, ha elevado la volatilidad en los mercados financieros internacionales, afectando especialmente a las economías emergentes, como la colombiana”, manifestaron.

En el plano local sostienen que aunque la inflación ha seguido moderándose, cerrando mayo en 5,05%, y la actividad económica ha mostrado signos de recuperación, persisten desafíos estructurales relevantes, comenzando por el frente fiscal, que para ellos es uno de los más apremiantes, con un déficit del Gobierno nacional que se proyecta en 7,1% del PIB para 2025, según el Marco Fiscal de Mediano Plazo.

“Este deterioro ha tenido efectos inmediatos en la percepción de riesgo país, al punto que las tres principales agencias calificadoras mantienen una perspectiva negativa sobre la deuda soberana colombiana”, acotaron.

La cartera resiste

No obstante, en este panorama de claroscuros, la banca ha mostrado una importante capacidad de adaptación, ya que los datos de abril de 2025 evidencian que la cartera bruta, el principal componente de los activos de los establecimientos de crédito, con una participación del 62%, ha moderado su contracción real. Mientras en abril del año pasado la caída anual era de -5,8%, un año después se ha reducido a apenas -0,5%.

“Este repunte se explica por mejoras generalizadas en las distintas modalidades de crédito. En particular, la cartera comercial creció 0,9% real anual, la de vivienda 4,3% y la de microcrédito 2,1%. La única excepción sigue siendo el consumo, que representa el 28% del total de la cartera y que aún presenta una variación negativa de -5,6% en términos reales. Sin embargo, incluso en este rubro se observa una mejora respecto al punto más bajo registrado en junio de 2024, cuando la caída fue del -11,1%”, dice el reporte.

Entre tanto, Anif sostiene que la recuperación del crédito comercial, clave para la financiación de empresas y proyectos productivos, ha sido paulatina desde finales de 2024 y que parte de esta recuperación se explica por el repunte en la inversión, que creció 8,2% anual, impulsando la demanda de financiación.

Aun así, este proceso ha estado marcado por una fuerte disparidad sectorial, en la que mientras que actividades como el agropecuario (7,1%), el comercio (3,9%) y la administración pública (3,5%) han mostrado incrementos importantes en su actividad económica, otros sectores fundamentales como la minería (-5%), la construcción (-3,5%) y los servicios públicos (-1,2%) continúan rezagados.

“Esta heterogeneidad sectorial tiene efectos directos sobre la evolución del crédito empresarial, ya que aumenta la exposición al riesgo en algunos segmentos y limita la expansión en otros. A su vez, condiciona el perfil de recuperación y plantea desafíos para una política crediticia uniforme”, explicaron.

Desafíos venideros

En medio de esta recuperación parcial, el reporte señala que el sistema financiero también enfrenta nuevos riesgos y que uno de los más relevantes es la mayor exposición al riesgo de mercado por el aumento en las inversiones en títulos de deuda pública (TES), una estrategia adoptada en parte por la falta de alternativas rentables y seguras en el mercado,ya que esta concentración implica una sensibilidad mayor a las fluctuaciones de las tasas de interés y a la credibilidad fiscal del Gobierno.

Además, algunas carteras específicas todavía presentan niveles de deterioro elevados, lo que exige un monitoreo constante por parte de las entidades y las autoridades regulatorias. En este contexto, afirman que la sostenibilidad de la recuperación depende, en gran medida, de factores externos e internos que escapan al control del sistema financiero.

Algunos de ellos son la evolución de la política fiscal, la gestión de la deuda pública, la estabilidad jurídica y regulatoria, y la capacidad del país para enfrentar los choques internacionales; frente a los que advierten que hay que mantener un monitoreo constante.

A pesar de estas vulnerabilidades, los bancos colombianos han logrado mantener su papel como pilares de estabilidad macroeconómica y Anif reconoce que las autoridades, conscientes de los desafíos, han fortalecido los mecanismos de supervisión y regulación prudencial a través de la Red de Seguridad Financiera Colombiana, que agrupa a entidades clave como el Banco de la República, la Superintendencia Financiera, el Ministerio de Hacienda y el Fondo de Garantías de Instituciones Financieras (Fogafín).

“Su objetivo común es preservar la solvencia del sistema financiero y su capacidad para sostener el crecimiento económico. La resiliencia observada hasta ahora es alentadora, pero no debe interpretarse como garantía de estabilidad futura. La recuperación de la cartera es una señal positiva, pero no suficiente por sí sola”, agregaron.

Así las cosas, cerraron manifestando que la persistencia del déficit fiscal, la incertidumbre política, los riesgos regulatorios y el contexto internacional incierto seguirán presionando al sistema financiero y limitando su margen de acción y que para evitar retrocesos, será necesario que las políticas macroeconómicas actúen de forma coordinada.

“Una estrategia de consolidación fiscal creíble, acompañada de una agenda de crecimiento inclusivo, puede reforzar la confianza en la economía y apoyar la continuidad de la recuperación crediticia. Del mismo modo, el fortalecimiento de sectores rezagados y la reducción de la desigualdad en el acceso al crédito serán fundamentales para una recuperación más equilibrada y sostenible”, concluyeron.

De esta forma queda claro que Colombia enfrenta un doble reto, comenzando por sostener la recuperación del crédito sin comprometer la estabilidad del sistema financiero y revertir el deterioro fiscal que amenaza con minar la credibilidad del país ante los inversionistas y aunque el camino está abierto, Anif afirma que requerirá decisiones firmes y una lectura prudente de los riesgos que aún persisten.

Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/finanzas/recuperacion-del-credito-en-colombia-avanza-pese-a-la-incertidumbre-fiscal-y-global-634118

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