Según el exministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, la situación económica y fiscal del país debería ser mucho mejor.
Que el PIB del país está creciendo, es una verdad innegable, pero también lo es que no se está aprovechando como debiera la resiliencia y el sorpresivo potencial que ha mostrado la economía en frentes como la producción, el mercado laboral, la balanza comercial y el atractivo para los inversionistas, que siguen creyendo en Colombia.
El 1,7% alcanzado en 2024, si bien fue mucho mejor de lo que se preveía a comienzo de ese año, es un dato de luces y de sombras, ya que, por ejemplo, no se puede negar el mal momento que están pasando sectores como la industria y la construcción, o que el sector público está perdiendo tracción a la hora de empujar la economía nacional.
Que el desempleo baje, pero la informalidad laboral se mantenga arriba del 55% o que la inversión crezca, pero a duras penas supere el 10%, son otros datos que para los expertos demuestra que no se están haciendo las cosas bien y que es necesario revisar mejor el entorno para aprovechar las oportunidades que no se están tomando.
¿La bonanza perdida?
Recientemente, en una de sus columnas en El País América, el exministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry abordó el tema de los chances que tiene Colombia actualmente para mejorar su paso económico y dijo que actualmente se está desaprovechando una bonanza que no se veía hace más de 10 años, la cual podría ser fundamental para retomar la senda de crecimiento, que avanza a pasos lentos.
Según este economista, Colombia debería estar experimentando un auge económico similar al de periodos anteriores, como el de 2011-2013, una época en la que la entrada de dólares impulsó el consumo, las importaciones, la inversión en infraestructura y el recaudo tributario. No obstante, en el contexto actual, estos efectos no se han materializado.
“En el último siglo, cuando se dieron circunstancias tan favorables de ingresos de divisas, ocurría una serie eventos: revaluación de la moneda, bonanza de compras internas y de importaciones, sensación de optimismo entre las empresas y los padres de familia, aumento en la demanda de crédito y el nivel de los negocios, y subida del recaudo tributario por renta, IVA y aranceles”, contó Echeverry.
Así mismo, manifestó que “también era típico que esas oleadas de ingresos llevaran a nuevos emprendimientos de obras públicas. En fin, sobrevenían tiempos de optimismo y prosperidad. Así sucedió en los años veinte, un siglo atrás, con el pago por Panamá y la llamada ‘Prosperidad al debe’”.
¿Qué se hace mal?
Respecto a las razones por las que esto no estaría aprovechando correctamente la buena racha, Juan Carlos Echeverry dijo que uno de los factores es la incertidumbre política y económica generada por el gobierno de Gustavo Petro, haciendo hincapié en la falta de una dirección clara, la implementación de regulaciones excesivas y la creciente burocracia han desincentivado la inversión y han afectado la confianza empresarial.
Concretamente, respecto a la buena racha, este economista dijo que el mercado local vive un aumento de exportaciones, el turismo y el flujo de remesas, que han generado un ingreso significativo de divisas; mientras que sectores como el carbón, el café y las exportaciones no tradicionales han alcanzado cifras récord, mientras que el turismo ha repuntado notablemente.
“Es difícil consolidar una confianza en los pasajeros del ‘Avión Colombia’, si a 30,000 pies de altura el piloto da timonazos, casi siempre hacia la izquierda, cambia de rumbo, y hay rumores de que no tiene mucha idea del destino adonde nos lleva, ni si quiere aterrizar en 2026 y dejar que una nueva tripulación los reemplace”, resaltó.
A la falta de confianza, el también expresidente de Ecopetrol sumó los efectos de la situación de orden público en el campo, que ha dificultado el desarrollo de sectores productivos clave como los hidrocarburos y la agroindustria, y el déficit fiscal, que se mantiene en niveles elevados a pesar del ingreso de divisas.
“Van tres ministros de hacienda y tres directores de Planeación Nacional, y no logran dar en el blanco para enderezar las finanzas públicas. Bastaría con que callen a su jefe, devuelvan la sanidad tributaria y la confianza, para que el país les entregara el crecimiento y el recaudo que tanto necesitan. Pero no, seguimos dando bandazos políticos y fiscales”, expresó.
Dicho esto, sentenció que con un liderazgo adecuado, Colombia podría convertir la actual bonanza en un motor de crecimiento, impulsando sectores estratégicos y generando confianza en los inversionistas. Sin embargo, advierte que, de continuar el manejo actual de la economía, el país podría perder una oportunidad histórica para mejorar su desarrollo.
Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/crecimiento/oportunidades-de-crecimiento-en-colombia-no-se-estarian-usando-correctamente-625021