El limbo en el sistema pensional a nadie beneficia, genera incertidumbre, frena roles y funciones ya preconcebidos de los fondos, de Colpensiones y del Banco de la República.
Ni el Congreso, ni el Gobierno Nacional, mucho menos la Corte Constitucional, dan luces sobre el arranque definitivo del nuevo sistema general de pensiones que fue aprobado hace varios meses y que el alto tribunal devolvió a la Cámara de Representantes por tener vicios en el trámite legislativo.
Ahora, no hay mucha precisión si la reforma aprobada no entrará o no en vigencia el próximo 1° de julio, como estaba previsto. La Ley 2381 de 2024 registró errores en su procedimiento legal lo que llevó a que sea nuevamente discutida en la Cámara, una corporación mayoritariamente afín al Gobierno Nacional.
Desde Presidencia se ha citado a sesiones extras para avanzar en las enmiendas a la reforma pensional que rediseña la manera cómo los colombianos se pensionan. Quizá lo más importante es lo que tiene que ver con el remplazo de los fondos de pensiones privados, las llamadas, Administradoras de Componentes de Ahorro Individual, Accai, encargadas de administrar el ahorro de los trabajadores cuyos ingresos superan los 2,3 salarios mínimos mensuales legales vigentes, excedentes que serán invertidos para que complementen la pensión que el trabajador recibirá de Colpensiones.
Con la entrada de todo el sistema en stand by, se desatarán muchos traumatismos en la planeación de su papel, en el mediano plazo, de las llamadas Accai; estaba claro que desde el próximo julio todo el ahorro se iba para Colpensiones, sobre los primeros 2,3 salarios mínimos, y que el resto debería ir a un fondo de pensiones renovado.
La aprobación de la reforma pensional previó que máximo el pasado 16 de enero los trabajadores tenían que haber escogido una Accai, si no lo hicieron, el Gobierno de manera aleatoria asignó una administradora; queda el chance que después de seis meses de aportar, a partir de enero de 2026, podrá cambiarse de administradora, pero sobre esto no hay claridad de las autoridades.
Otras consideraciones más estructurales también quedan en el aire ¿Qué va a pasar con todo? Hay que recordar que habrá unos pilares o grupos que regirán las pensiones en Colombia: el pilar solidario, que agrupa a los adultos mayores vulnerables, que no lograron cotizar y están en condiciones de pobreza. Es puramente subsidiado y mediante el cual se amplía la cobertura.
El pilar semicontributivo, que es el segundo, agrupa a las personas que están en la informalidad y que no reúnen los requisitos para acceder a una pensión, pero han aportado en algunos momentos. Se les entregará una renta vitalicia, el dinero que han ahorrado más un subsidio estatal.
El tercer pilar es el contributivo en donde están quienes cotizan de forma estable para su pensión. Los aportes que hagan por ingresos de hasta 2,3 salarios mínimos, irán a Colpensiones, y el resto se dirigirá a una Accai. Es este pilar en donde se fortalece el fondo público y se reducen los subsidios estatales a las pensiones altas, uno de los mayores desangres.
No olvidar que se mantienen las reglas actuales para pensionarse de los hombres con más de 900 semanas cotizadas y mujeres 750 semanas.
Sobre este paso dado por el Congreso y motivado por el Gobierno Nacional, no hubo mucha oposición, estaba más o menos aceptada la reforma pensional, lo que puede hacer mucho daño ahora es que el limbo de entrada en vigencia dure meses que afecten el régimen de transición, por ejemplo.
Información extraída de: https://www.larepublica.co/opinion/editorial/cuando-arranca-el-nuevo-sistema-pensional-4162828