También se verán impactados el mercado laboral, la vivienda y el consumo; ya que, el envejecimiento transforma las relaciones económicas entre generaciones.
El envejecimiento de la población es un fenómeno que viene discutiéndose desde hace unos meses, y Colombia no es la excepción a un comportamiento que ocurre a escala mundial. El equipo de economistas de Bancolombia señaló que las proyecciones de gasto del Gobierno por el envejecimiento de la población en una economía emergente ascenderían, para 2100, a 16% del PIB, concentradas en rubros como la salud y pensiones. Para 2050, el gasto en salud y pensiones podría alcanzar 10% del PIB, y para 2025, ya representa alrededor de 8%.
También se verán impactados el mercado laboral, la vivienda y los patrones de consumo; ya que, el envejecimiento no solo transforma la demografía de la sociedad, sino también las relaciones económicas entre generaciones. Por eso, para los economistas del banco, las decisiones sobre ingreso, ahorro, consumo y gasto público ya no pueden analizarse aisladamente, ante la creciente proporción de personas mayores y la reducción paulatina de la población joven.
En Colombia, los ingresos laborales per cápita superan el consumo en la franja poblacional que tiene entre 29 y 52 años. Esto quiere decir que los infantes y los adultos mayores dependen de transferencias familiares, estatales o de mecanismos de aseguramiento, lo que a su vez genera una mayor presión sobre las finanzas públicas.
Los economistas señalaron que, a diferencia de otros países cuyos cambios demográficos han sido paulatinos, en Colombia el proceso ha sido más acelerado. Una de las hipótesis para explicar este fenómeno es la coincidencia entre el descenso de la fecundidad y la llegada de población migrante. De hecho, la llegada progresiva de ciudadanos venezolanos dejó al descubierto una estructura demográfica más envejecida, con menor capacidad de renovación por vía natural y fragmentada, explicó Bancolombia.
Sectores económicos impactados
Lo anterior representa múltiples retos para diversos sectores de la economía. Entre ellos se encuentran las universidades, que ya vislumbran este fenómeno. Bancolombia también resaltó que habrá impactos sobre los servicios infantiles, donde disminuirá la demanda, mientras esta se trasladará a otros sectores como la atención médica, el cuidado de personas, los bienes patrimoniales y la infraestructura “adaptada”.
A ello se suman los problemas de desigualdad de género. Las mujeres enfrentan trayectorias laborales más cortas, menores mecanismos de protección, una alta carga de cuidados no remunerados y menores ingresos, lo cual limita su capacidad de acumulación patrimonial y reduce su autonomía financiera. Esto amplía la posibilidad de que, al llegar a edades avanzadas, no puedan sostenerse por sí mismas, especialmente en hogares unipersonales o sin redes de apoyo.
Según lo señalaron organismos multilaterales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Ocde, el Fondo Monetario Internacional, FMI, el Banco Mundial y Naciones Unidas, el envejecimiento poblacional es uno de los desafíos más significativos para el crecimiento económico, la sostenibilidad y la estabilidad fiscal en el siglo XXI. Esta no es una dinámica marginal, sino una transformación que impacta tanto a economías emergentes como avanzadas.
Bancolombia, citando cálculos del FMI, señaló que el crecimiento mundial podría reducirse en 1,1 puntos porcentuales entre 2025 y 2050, y hasta dos puntos porcentuales entre 2025 y 2100. Cerca de tres cuartas partes de esa desaceleración serían explicadas por el envejecimiento poblacional, lo que implica un declive en la fuerza laboral disponible, estancamiento de la productividad, menor rotación generacional, menor dinamismo empresarial y menor inversión en innovación.
Ante esta perspectiva, la Ocde enfatizó la necesidad de rediseñar los sistemas tributarios, de salud y de pensiones para que se adapten a un entorno de baja fecundidad y alta longevidad. Una de sus principales recomendaciones es fomentar una mayor participación laboral de adultos mayores y mujeres, así como fortalecer los incentivos para el ahorro hacia la vejez y el empleo formal.
Impacto en otros sectores clave
De acuerdo con los economistas, los sectores más expuestos serán aquellos que dependen de la población joven y de los patrones de alto consumo; por ejemplo, la educación básica, el comercio minorista tradicional, la industria de bienes de consumo, el entretenimiento juvenil y la construcción de vivienda enfrentarán presiones estructurales debido a una caída sostenida en la fecundidad y al envejecimiento progresivo.
Sectores como la salud, los cuidados prolongados, los seguros, los servicios financieros para la vejez, la educación continua, el turismo y la vivienda adaptada se perfilan como segmentos de crecimiento, al estar orientados al consumo de personas mayores.
Otros sectores como el inmobiliario, la energía y las telecomunicaciones también pueden beneficiarse si logran adaptar sus productos y servicios a los hábitos de consumo de una población mayor. La agroindustria, por su parte, tiene oportunidades si enfoca su desarrollo en productos que promuevan la salud y el bienestar.
La entidad financiera destacó que el envejecimiento poblacional no solo transforma el mercado laboral, sino también los hábitos de consumo y las exigencias para un sector productivo que debe ajustar su oferta conforme cambia la estructura demográfica. A lo que añadió que la planeación, formulación e implementación de políticas públicas no pueden dejar de lado el factor intergeneracional.
Información extraída de: https://www.larepublica.co/economia/envejecimiento-poblacional-le-costaria-a-economias-emergentes-16-del-pib-en-2100-4169343