La economía alemana es causa de gran preocupación entre los votantes, de cara a las elecciones de un nuevo gobierno, el domingo.
En el período previo a las elecciones anticipadas al Parlamento alemán del domingo, 23 de febrero, gran parte de la atención se ha centrado en la migración, pero la mayor economía de Europa ha estado en recesión durante los últimos dos años. El probable ganador de las elecciones, Friedrich Merz, líder de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU), enfrenta grandes desafíos.
La semana pasada, Porsche anunció que despediría a 1.900 trabajadores cuando la garantía de empleo expirara, y el fabricante de porcelana Rosenthal anunció que cerraría una de sus dos fábricas a finales del próximo año.
En general, desde el inicio de la pandemia de COVID-19, Alemania ha perdido casi un cuarto de millón de empleos en el sector manufacturero, según el Financial Times.
“El desempleo lleva meses aumentando y esta evolución continuará en los próximos meses, por lo que, probablemente, superaremos la barrera de los tres millones de desempleados”, afirma Klaus Wohlrabe, investigador del Centro Ifo de Macroeconomía y Encuestas, de Múnich, en entrevista con DW.
¿Por qué está estancada la economía alemana?
Las empresas alemanas tienen muchos problemas. “Uno de los mayores problemas en este momento es la incertidumbre”, precisa Wohlrabe, de Ifo. El país se encuentra en medio de una transición de gobierno y nadie sabe cómo será la próxima agenda económica. Las compañías han suspendido temporalmente sus inversiones, y los consumidores son más cuidadosos con sus gastos, explica el experto.
Aunque el próximo gobierno alemán pueda reflotar la economía, las alianzas políticas globales sufren cambios profundos. Nadie sabe lo que está planeando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con su política de “Estados Unidos primero”. ¿Impondrá aranceles a todo lo que ingrese al país para golpear a determinados países o industrias, como al sector automovilístico alemán?
Más que sólo incertidumbre
La producción industrial alemana alcanzó su punto máximo en 2018, mucho antes de crisis recientes, como la pandemia, los problemas en la cadena de suministro y la crisis energética europea, dice a DW Klaus-Jürgen Gern, investigador del Instituto de Economía Mundial de Kiel. El año pasado, la producción industrial alemana cayó un 4,5 por ciento.
Se trata de una debilidad “particularmente pronunciada en las principales industrias exportadoras alemanas, automóviles y maquinaria”, prosigue Gern. Los productos farmacéuticos, los aviones y los barcos son algunas de las excepciones positivas a esta caída.
Gern dice que las cargas regulatorias, la decadencia de la infraestructura pública y la incertidumbre general en torno a la política económica son de origen local. Pero señala un problema adicional: la demografía. La generación de los “Baby Boomers” -personas que tienen entre 56 y 73 años- que está dejando el mercado laboral, con lo cual, la falta actual de trabajadores cualificados empeorará, explica. Si Alemania no puede atraer a trabajadores cualificados extranjeros, esta desaceleración demográfica podría “reducir el crecimiento potencial de la producción en Alemania”, advierte.
A todo esto, se suman los altos costos de la energía para la producción, especialmente la electricidad y el gas. Durante años, la industria alemana dependió del gas ruso barato, pero, desde la invasión rusa de Ucrania, en 2022, Alemania dejó de comprar gas natural de Rusia, y el país se vio obligado a buscar energía en otra parte y los precios subieron.
“El aumento de los precios del gas también hace subir los precios de la electricidad, ya que el gas sigue siendo un componente clave en la generación de electricidad”, explica a DW Conall Heussaff, analista de investigación del grupo de expertos Bruegel, con sede en Bruselas.
Dura competencia directa desde China
La otra gran disrupción en el modelo industrial alemán es el crecimiento económico de China. Al inicio de este siglo, China todavía producía y exportaba principalmente productos electrónicos, ropa y electrodomésticos, y era un importante comprador de la ingeniería alemana. Para muchas empresas alemanas, el mercado chino era la fuente más importante de crecimiento.
Pero ahora China está fabricando sus propios vehículos y otros bienes que compiten directamente con Alemania. Los productos fabricados en China están apoderándose de su mercado interno y extendiéndose mucho más allá.
Sin embargo, Alemania puede aumentar su competitividad, opina Klaus Wohlrabe. El país debería “priorizar las inversiones en educación, infraestructura, protección del clima y defensa, al tiempo que reduce los subsidios y las transferencias sociales ineficientes”, dice. Asimismo, un suministro energético diversificado y seguro es esencial.
Es importante reforzar las infraestructuras públicas y garantizar un suministro energético fiable a un precio razonable, coincide Klaus-Jürgen Gern. “Reducir los impuestos corporativos y mejorar los incentivos a la inversión es sólo un elemento aquí”, afirma. Reducir la burocracia, los obstáculos burocráticos y los requisitos de presentación de informes son otras formas de volver a encarrilar a las industrias alemanas.
Información extraída de: https://www.dw.com/es/est%C3%A1-en-peligro-el-modelo-econ%C3%B3mico-de-alemania/a-71692998