Algunos analistas advierten que si bien hay mejoras, quedó en los rines el año pasado.
Los datos del PIB en Colombia para el 2024 reafirmaron las dos realidades que han marcado la economía nacional durante los últimos años en las que por un lado el crecimiento es innegable, pero también el palo en la rueda que no ha dejado que los motores de la economía despeguen a causa de la falta de inversión.
Si bien el dato del 1,7% como consolidado para toda la vigencia fue mucho más alto que el 1% o 1,1% que se esperaba comenzando año, según los expertos, se queda corto a la hora de posicionar al mercado local como un destino atractivo para la llegada de nuevos capitales y reitera la necesidad de trabajar en una asignatura pendiente: fortalecer la confianza inversionista.
Precisamente en este punto, el Dane informó que la formación bruta de capital creció un 29,1%; pero que la formación bruta de capital fijo apenas un 10,5%; lo cual sugiere que una gran parte del incremento en la inversión provino de la acumulación de inventarios, más que de la compra de activos fijos como maquinaria, equipo y construcción.
Dicho de una forma simple, aunque la inversión en maquinaria, equipo y construcción aumentó, lo hizo a un ritmo mucho menor que la acumulación de inventarios. Esto indica que el sector privado aún es cauteloso a la hora de hacer inversiones de largo plazo, generando un punto que llama la atención en el mercado.
Para el Centro de Estudios Económicos Anif, este crecimiento de 1,7% en 2024 fue consistente con el crecimiento de 2,3% anual del cuatro trimestre del año y destacan que por el lado de la oferta, esta dinámica estuvo explicada en mayor medida por la contribución positiva de las actividades de comercio, transporte y alojamiento, que contribuyeron con 1 punto porcentual (crecieron 4,4% anual).
“Particularmente, esta actividad estuvo jalonada por las buenas dinámicas del comercio al por mayor y al por menor (5,9% anual). Otra de las actividades que contribuyó de manera positiva al crecimiento del cuarto trimestre fue administración pública, la cual contribuyó con 0,7 puntos porcentuales (creció 4,0% anual), seguida por el sector agropecuario que contribuyó con 0,6pp (creció 6,5% anual)”, indicaron.
Así mismo, destacan que la formación bruta de capital fue el componente que más contribuyó en el componente del gasto, con 3,3 puntos porcentuales y al centrarse en la formación bruta de capital fijo, reseñan que creció 10,5%, gracias principalmente a un buen desempeño de la inversión en maquinaria y equipo y en obras civiles.
Una mala cifra
Una de las críticas al balance del Producto Interno Bruto llegó desde el exministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, quien dijo que la cifra fue mala, argumentando que es muy baja para el promedio histórico y se queda por debajo del potencial que realmente tiene Colombia para crecer, si se toman las decisiones correctas.
“Una cifra que refleja la caída de la inversión que ha habido en Colombia. La inversión está en los rines. La razón es que hay mucha incertidumbre, se cambian permanentemente las reglas de juego y en ese contexto los empresarios se quedan cruzados de brazos. Además, la estrategia estatizadora del Gobierno, donde quiere poner en manos del Estado muchos sectores de la economía, al final da muy malos resultados porque el Estado no hace y el sector privado tampoco”, indicó.
Dicho esto, sentenció que “el Estado ni raja ni presta el hacha. Aquí lo que necesitamos es empoderar al sector privado, que saquen adelante todos los proyectos que tiene en este momento engavetados, que creemos la confianza necesaria para que el sector privado, que ha sido tradicionalmente el motor de esta economía, regrese, aprenda y levante vuelo”.
El también exministro José Manuel Restrepo, quien además es rector de la Universidad EIA, fue claro en que Colombia debería estar creciendo al 6% o 7% para generar suficiente empleo, mejor recaudo tributario y capacidad de inversión social y productiva.
“Preocupa que seguimos dependiendo del ítem de administración pública, que no es más que burocracia para crecer. Lo del agro es coyuntural y es el resultado de la caída en los precios de insumos y fertilizantes en el mundo y una buena cosecha cafetera (pero no es sostenible). Es urgente comprender que la única forma de crecer más, es con confianza al sector empresarial y con ello más inversión privada. Allí aún hoy seguimos muy colgados”, manifestó.
Este economista también lanzó una alerta “roja” por los sectores de hidrocarburos y minería, que para él vienen en franca caída “por mensajes equivocados de política pública y la postración de la industria que es clave como generadora de empleo. Esos sectores no merecen el mal estado que tienen y es urgente reactivarlos”.
En las cuentas del Dane se observó un crecimiento del 1,2% en el gasto en consumo final, lo que para el mercado sugiere una recuperación moderada en la demanda de los hogares, aunque aún con signos de cautela. Así mismo, en cuanto al comercio exterior, las exportaciones crecieron un 2,0% anual, evidenciando una leve mejora en la demanda externa de productos colombianos.
Con todo esto, Carolina Monzón, gerente de Investigaciones Económicas de Itaú Colombia, recomienda no pasar por alto que la construcción empieza a notar datos en terreno positivo, más jalonado por obras civiles y edificaciones no residenciales, lo cual podría marcar un punto de avance en una eventual estrategia de recuperación.
En lo concerniente a la inversión, Mauricio Hernández-Monsalve, del BBVA Research, destacó que la inversión fija fue un factor clave en la aceleración del PIB en 2024, con un crecimiento del 3% y sostiene que aunque el primer semestre fue débil, la reactivación llegó en la segunda mitad del año, impulsada principalmente por el dinamismo en obras civiles y la compra de maquinaria y equipo.
Sin embargo, cierra advirtiendo que “persisten riesgos asociados a la velocidad de recuperación de la inversión privada y al desempeño de sectores rezagados, como la construcción y la minería, que podrían seguir limitando un repunte más fuerte del PIB. A esto se suman riesgos externos que podrían condicionar la trayectoria de crecimiento en 2025 y 2026”.