Los 100 días de cambio de época

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Gaza, Ucrania y aranceles son solo tres situaciones que marcan el regreso de Estados Unidos como jugador principal del comercio y la geopolítica.

No se equivoca quien afirma que la geopolítica y el comercio cambiaron desde hace 100 días cuando Donald Trump se encargó de las riendas de la Casa Blanca.

Pocos días después de asumir intervino con absoluta eficiencia en el conflicto de Oriente Medio que amenazaba con escalar más allá de Gaza, logrando que israelitas y palestinos liberaran sus respectivos prisioneros y abrieran una luz de diálogo a un conflicto que lleva décadas. Decisión diplomática que le pasó la cuenta de cobro a los precios del petróleo y forzó la entrada de nuevos barriles de crudo a la oferta mundial de oro negro.

Lejos de allí ha venido interviniendo con dura sensatez en la resolución del conflicto entre rusos y ucranios, disputa derivada de la invasión de territorios de Ucrania por tropas rusas pocos meses antes de que terminara la pandemia. Ambos conflictos entraron en modo diálogo cuando Trump asumió las riendas del poder; y justo cuando parecía que la narrativa del presidente estadounidense fuera a arreglar peleas, cazó una gran pugna comercial con todos los países del mundo al ponerle un arancel diferenciado dependiendo del nivel de comercio con el motor de la economía mundial, grosso modo casi todos los países del mundo ahora cuentan con un arancel de 10% a los productos importados por los consumidores americanos.

Pero al final la gran pelea no era con los países de la Comunidad Andina, ni con los europeos, ni con sus aliados, Canadá y México, eran contra las masivas importaciones de la industria automotriz y la alta tecnología de China. La disputa comercial con China es tras bambalinas lo que ha movido desde su primer mandato al Presidente que como un lejano déjà vu reactiva decisiones comerciales de cuando fue presidente por primera vez.

Los 100 días de Trump en la Casa Blanca son altibajos de muchas seguridades en su actuar global, pero de inseguridades en el mercado local. Muchos empresarios, particularmente del sector automotriz y tecnológico no ven con buenos ojos las guerras libradas por Trump, mientras que los aires nacionalistas del Medio Oeste aplauden que por primera vez en muchos años un mandatario norteamericano ponga los puntos sobre las íes.

Con América Latina, los 100 primeros días son agridulces, dulces para países como El Salvador y Argentina en donde Bukele y Milei siguen al pie de la letra los designios de la Casa Blanca, y en la otra orilla, al Brasil de Lula, a la Nicaragua de Ortega, a la Venezuela de Maduro y a la Colombia de Petro no pareciese que las cosas le fueran tan bien. El presidente de Estados Unidos ha sido muy duro en las relaciones que se empiezan a tejer con estos últimos países a pocos meses de haber comenzado su mandato.

Trump durante estos 100 días ha trazado una hoja de ruta que cambiará el rumbo de la economía mundial, ha desempolvado a los aranceles como una herramienta de negociación política y ha amenazado a los estados que no se alineen con los Estados Unidos y su lucha contra los carteles de la droga con sanciones comerciales; Colombia debe tener cuidado en cada paso que dé en sus relaciones diplomáticas con los Estados Unidos de Donald Trump, así se dejó ver cuando el presidente Petro intentó ponerle condiciones durante la deportación de colombianos en estado ilegal en Norteamérica, la crisis duró solo ocho horas, pero fue una muestra de las condiciones con las que trabajará Estados Unidos.

Información extraída de: https://www.larepublica.co/opinion/editorial/los-100-dias-de-cambio-de-epoca-4122254

 

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