Los ‘vientos cruzados’ que frenarían el crecimiento económico este año

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La economía crecería solo 2,6% este año, afectada por déficit, deuda, alta inflación y un entorno internacional incierto.

Colombia avanza este año por una ruta económica plagada de obstáculos, en la que aunque la economía muestra signos de recuperación tras el freno de 2023, el panorama sigue marcado por profundas tensiones fiscales, presiones inflacionarias y una desaceleración global que reduce el margen de maniobra.

Así lo advierte el más reciente informe de proyecciones del Grupo Bancolombia, titulado “Vientos cruzados: entre la estabilización macroeconómica y los retos fiscales”, en el que se deja claro que el país está desperdiciando un potencial impulso de crecimiento por culpa de los riesgos fiscales que siguen creciendo en esta vigencia.

La metáfora elegida por el equipo de investigaciones económicas del banco es clara y sostiene que estos vientos cruzados no se ven, pero desestabilizan, exigen más esfuerzo, obligan a ajustar la estrategia y castigan a quienes no hacen las cosas bien. Esa es, en resumen, la lectura que Bancolombia hace del momento actual, planteando que hay una economía que avanza, pero con fuerza limitada y riesgos acumulados en todos los frentes.

Para 2025, Bancolombia proyecta que el producto interno bruto (PIB) de Colombia crecerá 2,6%, una cifra superior a la de 2024 (1,6%) pero que sigue estando por debajo del potencial de la economía; mientras que la expansión estará impulsada principalmente por sectores como comercio, transporte, alojamiento y comidas (CTAC), entretenimiento y agro, así como por un consumo privado que ha mostrado mayor resistencia de la esperada, incluso en un contexto de inflación alta y baja confianza del consumidor.

El informe destaca que esta resiliencia en el consumo responde no sólo a factores coyunturales como la reducción de tasas de interés y el ingreso de remesas, sino también a posibles cambios estructurales en los patrones de gasto de los hogares y que a esto se suma la continuidad del impulso del gasto público, facilitado por la activación de la cláusula de escape de la regla fiscal, que flexibiliza temporalmente las metas fiscales.

No obstante, los expertos enfatizaron en que esta recuperación es moderada y desigual, y que los riesgos fiscales y monetarios amenazan con frenar el avance económico más temprano que tarde.

Avanzar con cautela

En materia de precios, Bancolombia indicó que la desinflación continúa, pero a paso lento y que se espera que la inflación cierre el año en 5,1%, aún por encima del rango meta del Banco de la República y que el componente más rígido sigue siendo el de servicios, impulsado por la indexación al salario mínimo, especialmente en arriendos, y por dinámicas estructurales que limitan la caída de precios en este rubro.

Por su parte, la inflación básica (que excluye alimentos y regulados) se ubicaría en 4,3%, reafirmando que si bien hay desinflación parcial, ésta todavía es frágil y debido a ello, la autoridad monetaria mantendría una postura prudente, con una senda de recortes de tasas de interés más moderada. Bancolombia anticipa que la tasa de intervención del Banco de la República cerrará el año en 8,25%, lo que implica una política aún contractiva.

Esta cautela busca evitar efectos de segunda ronda, anclar expectativas y preservar la credibilidad del emisor en medio de un entorno global volátil, ya que “la prudencia será clave para no perder el control de la inflación justo cuando comienza a ceder”, señala el informe.

Crisis y riesgos fiscales

Déficit en aumento

Si el frente monetario es desafiante, el fiscal es abiertamente preocupante y acá el informe proyecta que el déficit fiscal alcanzará el 7,1% del PIB este año, impulsado por un menor recaudo tributario, rigideces estructurales del gasto y rezagos en la ejecución presupuestal, lo cual se sumaría a una deuda pública en aumento, que llegaría a 63,3% del PIB al cierre de 2025; generando una presión adicional.

Bancolombia reconoce que la activación de la cláusula de escape permite cierto margen temporal, pero advierte que esto no resuelve el fondo del problema y es que la necesidad urgente de reformas fiscales estructurales que aumenten los ingresos de forma sostenible y racionalicen el gasto.

“La sostenibilidad fiscal no puede depender indefinidamente del endeudamiento o de medidas transitorias. Sin una reforma estructural del sistema tributario y sin eficiencia en el gasto, los desequilibrios fiscales seguirán acumulándose”, advierte el documento.

Las tensiones fiscales, añade el análisis, operan como un “viento cruzado” constante que no tumban de inmediato, pero impiden mantener una trayectoria confiable y sostenida, por lo que advierte que si no se corrigen, terminarán afectando el crecimiento potencial, la inversión y la estabilidad macroeconómica en el mediano plazo.

Cuidar el frente externo

El contexto internacional tampoco ofrece alivios y en este punto, Bancolombia prevé que el crecimiento global será de apenas 2,5% en 2025, el nivel más bajo desde la pandemia; mientras que las tensiones geopolíticas, los conflictos prolongados (como el de Israel-Irán), las decisiones arancelarias y la política monetaria restrictiva en países desarrollados configuran un entorno incierto para los mercados emergentes.

En particular, el crecimiento de los socios comerciales de Colombia se estima en solo 1,7%, lo que limitará la demanda externa. Así mismo, señalan que la cuenta corriente del país volverá a deteriorarse levemente, aunque seguirá financiándose con remesas e inversión extranjera directa (IED) orientada a sectores distintos al minero-energético.

El reporte también proyecta que la salida de rentas factoriales se mantendrá contenida por la menor rentabilidad de las empresas con capital extranjero y en cuanto al tipo de cambio, el informe prevé una depreciación moderada, con un promedio de $4.237 por dólar en 2025.

Esta trayectoria estará determinada por el aumento del riesgo fiscal, la expectativa de rebaja en la calificación crediticia soberana y la postura de la Reserva Federal. No obstante, factores como el debilitamiento global del dólar y el apetito de inversionistas extranjeros por activos colombianos podrían mitigar la presión sobre el peso”, indicaron.

Por último, a pesar del repunte del consumo, la inversión fija continuará con un crecimiento modesto y según Bancolombia, esto obedece a un entorno de alta incertidumbre fiscal y política, que limita los planes de expansión de empresas nacionales y extranjeras. A ello se suma la persistente debilidad en la ejecución de proyectos de infraestructura pública y las tensiones regulatorias en sectores clave como energía y minería.

“El resultado es un ciclo económico que depende más del consumo y del gasto público que de la inversión productiva, lo que reduce la capacidad de crecimiento sostenido a futuro. Colombia debe asumir que el actual entorno de vientos cruzados no cambiará por sí solo”, concluyeron.

Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/crecimiento/bancolombia-proyecta-crecimiento-de-2-6-en-2025-y-alerta-sobre-riesgos-fiscales-en-colombia-633975

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