Si bien reconocen que la economía mejora, las presiones fiscales tienen en riesgo la calificación crediticia.
A un mes de cumplirse un año desde que Moody’s Ratings asignó a Colombia una perspectiva negativa en su calificación soberana, la firma reiteró su preocupación por el deterioro fiscal del país que, para ellos, se posa como una sombra sobre los buenos resultados que viene mostrando la economía y mantienen la presión sobre el perfil de riesgo y la confianza de los inversionistas.
Renzo Merino, vicepresidente y analista senior para riesgo soberano, fue enfático en que “hay un riesgo a que esa calificación se pueda rebajar”, teniendo en cuenta que “el perfil crediticio de Colombia puede haberse debilitado” y no se han tomado las medidas necesarias para corregir esta falencia.
La advertencia se da justo cuando el Ministerio de Hacienda prepara el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) que será presentado en junio, y que servirá como insumo principal para que la calificadora decida si mantiene o modifica la nota Baa2 que Colombia conserva desde antes del cambio de gobierno.
En palabras de Merino, a mitad de año se habrán cumplido los 12 meses de plazo desde que Moody’s activó la perspectiva negativa y ya contarían con “suficiente información para resolver la perspectiva negativa”.
No hay correcciones claras
La principal preocupación de la calificadora radica en el deterioro sostenido de las cuentas fiscales, ya que, según Merino, Colombia experimentó en 2023 una caída en los ingresos que no fue compensada con recortes suficientes en el gasto y el resultado fue un déficit mucho mayor al previsto inicialmente que impactó negativamente las métricas de deuda del país y ha tenido tambaleando la caja del Estado.
Así mismo, acotaron que en 2024 la historia parece repetirse, dado que las proyecciones de ingresos empezaron en niveles altos y se han ido corrigiendo a la baja, generando un riesgo importante en el que “de no haber esfuerzos por el lado del gasto, veríamos un segundo año donde las métricas de deuda se van a deteriorar” y se limitaría el margen para financiar inversión pública o gasto social en áreas como salud, educación y seguridad.
“En ese sentido lo que estamos monitoreando desde el momento y lo que esperamos para poder resolver la perspectiva negativa es ver no solamente el deterioro que ha habido ya en el 2024 y lo que podría ser el 2025, sino las expectativas de que vaya a haber una corrección o no en este año y el próximo”, sostuvo Merino.
Desde la perspectiva de Moody’s, la señal clave en el próximo Marco será si el Gobierno está dispuesto o no a adoptar medidas que contengan el déficit y aunque Merino aclaró que la entidad no formula recomendaciones de política fiscal ni calcula los montos exactos de ajuste requeridos, sí reconoció que existen “riesgos importantes de que los ingresos vengan muy por debajo de lo estimado” y que eso forzaría recortes más profundos.
Por otra parte, pese a las advertencias fiscales, Merino destacó algunos factores que han evitado, hasta ahora, una rebaja de calificación, como la independencia del Banco de la República, la vigencia de la regla fiscal y el papel de los contrapesos institucionales como las altas cortes y el Congreso. No obstante, sostiene que ya no hay margen de maniobra y que dilatar decisiones importantes se traduciría en más incertidumbre.
En su análisis de la actualidad fiscal y estabilidad del país, los expertos de Moody’s resaltaron que la separación y autonomía de poderes ha sido fundamental para sostener la credibilidad del país frente a los mercados internacionales, por lo que sugirió concentrarse en la continuidad del marco macroeconómico prudente, que desde su perspectiva es otro factor que Moody’s monitorea con atención; mientras que la gran pregunta es si Colombia mantendrá ese historial o si se apartará de él en los próximos meses.
Mirada al futuro
Durante su intervención en la actualización de proyecciones, Renzo Merino acotó que el dilema no solo depende de la administración actual, sino también de las señales que surjan de la escena política en general y aunque Merino evitó pronunciarse sobre el contenido de futuras campañas presidenciales, sí señaló que será importante “entender si va a haber la voluntad de corregir el desbalance fiscal que ha emergido en los últimos años” y cómo se estructuraría ese ajuste.
En cuanto al desempeño económico, Merino reconoció que ha habido una recuperación frente al año anterior, pero advirtió que el crecimiento sigue por debajo de su potencial y señalaron que Colombia debería estar creciendo por encima del 3% para mantener una senda sostenible de desarrollo y estabilidad fiscal.
Así las cosas, explicaron que “la clave para lograrlo es reactivar la inversión” y llamaron la atención sobre el impacto que ha tenido la polarización política y la incertidumbre regulatoria sobre las decisiones de los inversionistas, dado que “lo que tratamos de resaltar es que el rol de la inversión es muy importante (…) Para eso es necesario que haya confianza y un marco regulatorio relativamente estable”, sostuvo.
Dicho esto, la preocupación de esta calificadora se extiende tanto al sector financiero como al real, ya que para ellos son las inversiones de largo plazo (infraestructura, energía, industria, tecnología) las que permiten aumentar la productividad del país y dejaron claro que sin un entorno confiable será difícil revertir la caída en el ritmo de inversión privada que ha marcado los últimos años.
Uno de los elementos que genera dudas adicionales sobre el rumbo fiscal es la suspensión de la Línea de Crédito Flexible con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el retraso en la conclusión de la consulta del Artículo IV, punto en el que Renzo Merino indicó que estos hechos son señales que merecen atención, especialmente porque podrían revelar si la política fiscal del país cumple o no con los criterios del FMI.
Así las cosas, con junio a la vuelta de la esquina, Colombia entra en una fase decisiva, en la que el próximo mes, Moody’s tendrá todos los elementos para evaluar si mantiene la calificación soberana con perspectiva negativa, la modifica hacia una calificación más baja (es decir, una degradación que implicaría la pérdida del grado de inversión), o si se envían señales suficientemente fuertes para estabilizarla.
En palabras del propio analista: “será muy importante entender cuál va a ser la política fiscal no solo en 2025, sino también hacia el próximo año y si eso va a cumplir con los criterios del Fondo Monetario”, por lo que nuevamente el país está bajo la lupa, y la ventana de oportunidad para evitar una rebaja se reduce con cada semana.
Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/crecimiento/moody-s-advierte-deterioro-del-perfil-crediticio-de-colombia-y-mantiene-riesgo-de-rebaja-en-2025-630661