Este ítem de la economía colombiana es fundamental para el crecimiento económico.
Uno de los términos que más suele mencionarse cada que un gobierno en Colombia habla de movidas de recursos, presupuesto, deuda o inversiones es la “regla fiscal”, un indicador que si bien es importante, es desconocido para muchas personas y algunos casos, debido a su complejidad, suele generar confusiones entre quienes se atreven a consultarla.
No hay que pasar por alto que la sostenibilidad de las finanzas públicas es uno de los pilares fundamentales para garantizar la estabilidad económica de un país y en Colombia, esa tarea recae en buena parte sobre este elemento, una herramienta legal que establece límites al gasto del Gobierno en relación con sus ingresos, con el fin de evitar un endeudamiento excesivo.
Aunque puede parecer un concepto técnico, su aplicación tiene efectos directos sobre la confianza de los mercados, la inversión y el acceso a financiamiento local e internacional y por ello, recientemente el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf) se dio a la tarea de explicar en qué consiste, cuáles son sus alcances y por qué se debe hablar más seguido de este tema en las conversaciones del día a día.
En primer lugar, explicaron que este instrumento busca mantener un equilibrio entre ingresos y gastos públicos, de forma que el Estado pueda atender sus necesidades sin comprometer su futuro fiscal. En otras palabras, se trata de gastar con responsabilidad y con visión de largo plazo.
¿Cómo funciona?
El diseño de la regla fiscal colombiana contempla metas simultáneas sobre el balance fiscal y el endeudamiento. Por un lado, establece límites sobre el balance primario neto estructural (BPNE), una variable que excluye los ingresos y gastos cíclicos, y refleja con mayor precisión la posición fiscal del Gobierno.
Por otro lado, fija un objetivo de deuda pública del 55% del PIB, considerado el nivel ancla, con un tope máximo del 71% para evitar riesgos financieros.
“Ayuda a que el país tenga una economía más estable, lo que genera confianza en acreedores, reduce el costo de la deuda y crea espacio para la inversión pública. La regla fiscal sirve de ancla que orienta las decisiones de política fiscal y las expectativas de los agentes económicos”, resaltaron.
Dicho esto, desde el Carf explicaron que en caso de que la deuda supere ese 55%, la norma obliga al Gobierno a aplicar mayores medidas de ahorro para retornar al equilibrio, todo mediante un enfoque que permite mayor flexibilidad en momentos de choque económico y garantiza una trayectoria fiscal previsible, sin renunciar a la disciplina.
¿Quién la supervisa?
La vigilancia del cumplimiento de esta regla recae principalmente en dos actores. El primero es el Consejo Superior de Política Fiscal (CONFIS), que es la autoridad rectora y quien determina su aplicación, mientras que el segundo es el Carf, un órgano técnico independiente que emite conceptos y recomendaciones no vinculantes, orientados a promover la sostenibilidad de las finanzas del país.
Entre las funciones clave del Carf se encuentran la evaluación del Marco Fiscal de Mediano Plazo, el análisis de proyecciones económicas y la revisión de metodologías para el cálculo del balance fiscal y la deuda. También supervisa la posible activación de una herramienta especial conocida como “cláusula de escape”.
📊 La Regla Fiscal es clave para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas en Colombia. Establece límites al endeudamiento y promueve equilibrio entre ingresos y gastos. pic.twitter.com/1tdb1zC4ST
— Comité Autónomo de la Regla Fiscal (@CARFColombia) May 6, 2025
¿Qué es la cláusula de escape?
Si bien es obligatorio el cumplimiento de la regla fiscal, dicha norma tiene una cláusula de escape que permite que el Gobierno se desvíe temporalmente de las metas fiscales en respuesta a circunstancias extraordinarias, como crisis económicas o emergencias nacionales.
“En esos casos, se autoriza el uso de metas más flexibles por un período máximo de tres años, siempre que el Gobierno presente un plan concreto para retornar al cumplimiento habitual una vez superada la situación”, resaltaron.
Por otra parte, aunque el Carf no tiene poder vinculante, debe emitir un concepto previo sobre los motivos y condiciones que justifican la activación de esta cláusula y hacer seguimiento al plan de retorno.
Así las cosas, el cumplimiento riguroso de la regla fiscal fortalece la confianza de inversionistas, entidades multilaterales y acreedores, al enviar señales claras de responsabilidad y sostenibilidad. Además, mejora las condiciones de financiamiento para el país, lo que se traduce en tasas de interés más favorables, acceso a recursos externos y estabilidad cambiaria.