‘Si no hubieran debilitado al sector petrolero, no necesitarían una tributaria’: ACP

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Frank Pearl, presidente del gremio, dice si no hubieran debilitado al sector, la tributaria no era necesaria.

Mientras que el Gobierno busca por múltiples vías recursos y fórmulas para enfrentar el grave descuadre de caja que tiene por la sobrestimación del recaudo tributario, las petroleras aseguran que el país no estaría en esta situación si las políticas públicas en este frente no hubieran debilitado al sector, ya que solo la actividad sísmica, principal peldaño de la exploración, sigue en el mismo bajo nivel de hace más de 20 años, cuando recién despegaba la Agencia Nacional de Hidrocarburos.

En diálogo con Portafolio, Frank Pearl, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP), reiteró el llamado para que se pueda avanzar con nuevos contratos y así tener una seguridad energética en el corto plazo y evitar afugias trascendentales.

¿Cómo ve la coyuntura mundial con los anuncios de Donald Trump sobre una mayor exploración y esto cómo se ve reflejado para Colombia?

Los anuncios del presidente Trump no son algo que pueda explicarse solamente por lo que dijo ese día, sino que son los resultados de un proceso en el cual viene el mundo desde hace muchos años, cuando empieza a compensarse. La invasión de Rusia a Ucrania mostró una debilidad estructural de Europa, en términos de suministro de fuentes de energía, y hace que esta conversación, que ha sido desordenada y tergiversada, se ordene un poco con base en cifras y hechos más reales.

En Colombia, tenemos unas posiciones que son muy distintas a lo de los otros países. Unos niveles de pobreza altísimos, somos uno de los países más desiguales del mundo, tenemos unas regiones donde el Estado prácticamente no existe, una energía en donde se ha generado una riqueza enorme para el fisco sin que se hubiera redistribuido en las regiones, entonces los habitantes de muchas regiones no han visto el beneficio de las actividades porque el sistema de regalías no funcionan bien.

¿Cree que el Gobierno tiene que ponerse la mano en el corazón y replantear la política de no exploración?

Un dato fascinante es que en el año 2023 este sector aportó como $52 billones al fisco y el anterior (2022) había aportado $16 billones más. Eso que quiere decir que esos $16 billones eran mucho más de los $12 billones que estaba buscando con la ley de financiamiento.

Si no hubieran debilitado el sector, no hubieran necesitado una reforma tributaria y hubieran tenido $4 billones más. Entonces, aquí lo que se está haciendo gradualmente a través de la narrativa es pasar un mensaje muy equivocado a los inversionistas, porque lo que nosotros tenemos que hacer es sacar muy bien el petróleo que tenemos, sacar muy bien el gas a través de los proyectos costa afuera, pero también utilizar muy bien los recursos para asegurarnos que esa plata le llega a las regiones, a la gente.

¿Cómo se ve en el 2025 la normatividad y licencias para los proyectos que están en ‘stand by’ como Komodo- 1 y Sirius?

El caso del proyecto Komodo-1 es absolutamente lamentable: más de US$254 millones invertidos durante 10 años en estudios serios con plata de Ecopetrol, o sea presupuesto nuestro y con tecnologías probadas. Cuando uno tiene aguas profundas, en la medida en la que la profundidad del mar sube, tiene menos consultas por los ecosistemas. Es un proyecto con muchos menos riesgos ambientales y ya se han hecho proyectos parecidos, y se pospone el otorgamiento de una licencia sabiendo que los tiempos del proyecto no van a dar. Y cuando se otorga la licencia se le ponen unas condiciones que son absolutamente incumplibles.

Y en el caso de Sirius, lo que sucedió aquí es lo que nosotros mismos llamamos como normal: estamos totalmente de acuerdo con los derechos que tienen los grupos de interés y las comunidades de tener más mecanismos de participación efectiva y esto significa que tengan incidencia en los temas de política pública.

Lo que pasa es que esa comunidad no existía y no estaba siendo afectada por el proyecto. Desde la constitución del 91 hay muchos mecanismos de participación que no se han reglamentado y los que se han reglamentado como la consulta previa a veces son sujetos de abuso por parte de mafias, la consulta previa se volvió un negocio que está en manos de unos pocos.

¿Es posible un acercamiento de la industria y Gobierno para sincerar las realidades dejando de lado la ideología para replantear la no exploración?

Tenemos una buena relación con el Gobierno. Trabajamos muy bien con el Ministerio de Minas y Energía, trabajamos muy bien con la Agencia Nacional de Hidrocarburos y dentro de la limitación de no hacer nuevos contratos se han hecho unos avances importantísimos. La ANH ha hecho una reglamentación para flexibilizar contratos y las garantías; para la producción incremental, en algunos casos disminuir requisitos que tenían bloqueados algunos proyectos, entonces aquí sí ha habido alguna tarea. Lo que pasa es que tiene algunas limitaciones y si no hacemos más contratos a finales del 2030 vamos a ser un país que va a tener que importar el 100% de petróleo y eso es algo a lo que el país no puede estar abocado.

¿Nos toca tomar decisiones este año?

Estamos haciendo lo que podemos con lo que hay, como siempre. Es indispensable revivir los nuevos contratos, pero para eso también requerimos unas condiciones que no hay en muchos territorios y se pierden centenares de millones de dólares en regalías.

¿Si nos toca importar, de cuántas tributarias más van a sacar el tema de impuestos?

¿Sin petróleo de qué vamos a vivir?, Cuando alguien conteste esta pregunta, miramos a ver si esto se puede sustituir; mientras tanto no.

Información extraída de: https://www.portafolio.co/energia/sino-hubieran-debilitado-el-sector-no-hubieran-necesitado-una-tributaria-acp-622253

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