A pesar de un mes de mayo agitado, la renta variable estadounidense se ha mantenido resistente a una serie de vientos en contra este año.
Estrategas bursátiles y gestores de portafolio que no esperaban nada de las acciones este año están cambiando sus perspectivas, al tiempo que sus preocupaciones sobre pérdidas se convierten en temor a perderse una posible racha.
Andrew Slimmon, de Morgan Stanley Investment Management, cree que su visión de que el S&P 500 terminará el año cerca de los 4.200 puntos es ahora demasiado baja. El indicador de referencia podría llegar hasta los 4.600 a medida que el mercado incorpore a los precios una recuperación de los ingresos corporativos el año que viene y entre en juego el miedo a quedarse fuera del rally.
“Si yo fuera asesor financiero y llegara a octubre o noviembre y no hubiera ganado dinero para mis clientes porque estoy muy metido en efectivo, empezaría a ponerme nervioso”, dijo. “Mi conjetura es que el efectivo empieza a volver al mercado más avanzado el año”.
La elevación de las expectativas de Slimmon se produce pocos días después de que la estratega de renta variable de Bank of America (BAC), Savita Subramanian, elevara su objetivo de precio para el índice a finales de año a 4.300 desde los 4.000 anteriores, con un nuevo rango de 3.900 a 4.600. “Con la excepción de algunos bajistas muy acérrimos que se atrincheran en sus posturas, cada vez más personas elevarán sus estimaciones a regañadientes”, afirmó Slimmon.
A pesar de un mes de mayo agitado, la renta variable estadounidense se ha mantenido resistente a una serie de vientos en contra este año, desde la subida de las tasas de interés, pasando por las turbulencias bancarias, hasta la perspectiva de una recesión inminente. Aun así, el S&P 500 ha subido más de un 7% en 2023, mientras que el índice Nasdaq 100, de fuerte componente tecnológico, se ha revalorizado un 24%.
Mala coyuntura
Incluso los escépticos que han dado la voz de alarma sobre una peligrosa falta de amplitud en las ganancias de este año están empezando a cambiar de opinión.
Amplitud de rendimiento del S&P 500 es la más baja desde 1999Porcentaje de acciones con rendimiento superior a la media cayó a 29%
“La escasa amplitud no es precursora del pesimismo”, afirmó Subramanian en una entrevista con Bloomberg Surveillance el martes.
Lo que los operadores están empezando a ver son signos de FOMO (miedo a quedarse fuera).
La semana pasada, los inversores añadieron US$21.000 millones en nuevas posiciones largas en el S&P 500, según datos de Citigroup Inc (C), uno de los mayores flujos semanales de nuevas posiciones largas registrados por la firma en los últimos años. Mientras tanto, la unidad de corretaje preferente de Goldman Sachs Group Inc. (GS) y los fondos de cobertura que realizan apuestas tanto alcistas como bajistas compraron acciones estadounidenses durante dos semanas consecutivas, y las compras alcanzaron el ritmo más rápido desde octubre, tras una racha de ventas persistentes.
En conjunto, la situación parece propicia para un posible giro alcista del mercado bursátil en la segunda mitad del año.
“Si nos remontamos a la historia de las caídas como la del año pasado, el comportamiento es constante a lo largo del tiempo”, afirma Slimmon. “Después de grandes caídas, la gente se vuelve bajista, pero cuando el mercado empieza a remontar -y ya llevamos dos trimestres seguidos de rentabilidades positivas-, desde el punto de vista del comportamiento, empieza a atraer a los inversores y se empieza a ver una progresión del miedo al FOMO”.